La pandemia todavía sigue ahí, pero los datos epidemiológicos invitan a la esperanza. La vacunación sigue adelante y las previsiones apuntan a que en julio tendremos un porcentaje ya considerable de gente vacunada. Ya no hay casi restricciones. Se habla de relajar la obligatoriedad de la mascarilla. Así que, ¿optamos por la prudencia o por la relajación? Nos aclara las dudas Francisco Javier Otero Espinar, catedrático del Departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Santiago de Compostela.
Las vacunas contra el COVID, al igual que otras vacunas como las de la gripe, reducen el riesgo de contagio, pero no lo eliminan completamente y, en caso de contagio, se reduce significativamente la gravedad de la infección.
Por lo tanto, debemos:
1. Seguir alerta para minimizar las opciones de contagio.
2. Estudiar y evaluar de manera crítica nuestro comportamiento y actuaciones a medida que van desapareciendo estas restricciones.
El riesgo de contagio va a depender mucho del ambiente, de las actividades que realicemos y como no del nivel de vacunación de la población. También hay que tener en cuenta factores como las radiaciones solares, el calor o la humedad, ya que pueden afectar a la supervivencia del virus.
• En exteriores si mantenemos la distancia social y evitamos aglomeraciones vamos a reducir mucho el riesgo de contagio, sobre todo si limitamos la duración de las interacciones ya que eso significa que el tiempo de contacto con el virus, de existir no será suficiente para contraerlo.
Cuidado en ciertas actividades, como reuniones sociales donde la gente habla a la vez y normalmente en tonos más altos, eventos deportivos, conciertos y festivales en los que además es difícil mantener el distanciamiento social. Tienen un riesgo elevado de contagio, por lo que en estos casos aconsejaría seguir utilizando mascarilla.
• En cuanto al interior, es necesario considerar varios aspectos importantes como son el volumen del local, la renovación de aire, el número de personas que están en el local, el tipo de actividad que realizan estas personas y el tiempo que se va a permanecer en el local. Si estas en un local bien ventilado y con pocas personas, el riesgo de contagio es bajo, sin embargo, en locales pequeños o mal ventilados en los que se reúna mucha gente el riesgo de contagio es elevado.
Por ejemplo, si visitas un centro comercial, normalmente el alto volumen de aire, la baja densidad de personas y el reducido tiempo de permanencia en los locales, hace que el riesgo de infección sea pequeño. Por el contrario, si nos reunimos en un local pequeño en el que las personas están hablando, normalmente cara a cara, el riesgo aumenta, sobre todo si el tiempo de permanencia aumenta y la ventilación es deficiente. En estos casos deberíamos utilizar mascarilla.
• Ser cuidadosos en las reuniones familiares. Procurar en lo posible reunirnos en el exterior o en lugares bien ventilados y evitar lugares pequeños y mal ventilados.
Muy importante: la higiene de las manos y evitar en lo posible tocarnos la cara, sobre todo la boca, la nariz y los ojos.
MI CONSEJO: evaluar el riesgo y tomar nuestras propias decisiones, seguir usando la mascarilla y realizando medidas de higiene.
